Tucumán es un protagonista necesario en la historia de Los Pumas. Desde 1975 -año en que Julio Bach se convirtió en el primer jugador de la provincia en vestir la camiseta celeste y blanca- hasta nuestros días, son muchos los tucumanos que ayudaron a construir el prestigio de un seleccionado que hoy es respetado en todo el mundo. Y por eso, a nadie debería sorprenderle que en la primera victoria en la historia sobre Nueva Zelanda hubiera tucumanos involucrados. Nicolás Sánchez y Matías Orlando, cada uno a su manera, fueron decisivos para que Argentina finalmente se haya sacado esa mochila de ganarle a los All Blacks, acaso el equipo más icónico en la historia de este deporte.
Lógicamente, la figura excluyente fue Sánchez. Lo paradójico es que hasta él mismo creía que su etapa en Los Pumas se había terminado tras la amarga eliminación en primera ronda en el Mundial de Japón. "Cachorro" no había estado en su mejor nivel, y él mismo lo sabía. Con casi 31 años, parecía que el partido contra EE.UU., el 9 de octubre de 2019, había sido su despedida para dar paso a la nueva generación de conductores, entre ellos el también tucumano y surgido en Lawn Tennis, Domingo Miotti. Sin embargo, el entrenador Mario Ledesma tuvo la prudencia de hacerlo parte de la renovación, y Nico demostró que sigue siendo un 10 de clase mundial, que aún puede aportarle mucho al seleccionado. Un trabajador silencioso, que logró sobreponerse a un 2020 extremadamente difícil desde lo emocional y en la vuelta de Los Pumas se erigió en el verdugo de los "hombres de negro", coronando una gran jugada colectiva con un try y acertando seis de siete intentos a los palos, uno de ellos desde 50 metros.
De todos modos, aunque las luces apunten merecidamente a Sánchez, hubo también un enorme mérito de Orlando.
El concepcionense se tackleó absolutamente todo lo que se le cruzó por delante. Junto al debutante Santiago Chocobares formó una muralla en el centro de la cancha.
Para "Tostao", 2020 también venía siendo un año muy complicado. A principios de año, en el arranque del Súper Rugby, su hombro dijo basta y lo obligó a operarse y a atravesar un largo período de recuperación, solo y aislado en Buenos Aires, lejos de su familia y de sus amigos de Huirapuca. Pero Matías es un guerrero que nunca baja los brazos y que tracciona, siempre tracciona, siempre para adelante. Y aunque tuvo algunas molestias físicas que pusieron en riesgo su llegada a tiempo para el debut, estuvo. Y fue figura.
Por eso, porque sabían los momentos difíciles que habían pasado, es que Sánchez y Orlando se fundieron en un abrazo al final. Una imagen que quedará grabada para siempre.
Por supuesto, también están los otros tucumanos, los que no salieron a la cancha, pero forman parte del equipo, ayudando desde su lugar o preparándose para entrar cuando se los necesite. Son Ramiro Moyano, Domingo Miotti, Tomás Albornoz y José Luis González. Seguramente, los veremos en acción durante lo que queda de este ya histórico Rugby Championship. Y también a los que formaron parte de la preselección, como Gonzalo García y Mateo Carreras.
Por supuesto, esto es solo el ahora. Pero para llegar hasta acá, muchos otros tucumanos pusieron su parte a lo largo de la historia, como jugadores y entrenadores. Este logro también les pertenece un poco a ellos. Y a todos, los une una cosa: el orgullo "naranja", forjado a tackles en una tierra donde se respira rugby.